
De lunes a viernes voy al trabajo en transporte público, es decir, dos autobuses (ida y vuelta) y cuatro metros (ida y vuelta con transbordo). Es muy "cómodo" desplazarte desde el pueblo hasta la ciudad sin tener que estar pendiente al volante, al que adelanta, al de al lado o al que viene pegado a tu trasero, etc... Eso supone una comodidad ¿En qué consiste esa comodidad?
- Primero tengo que ir a la parada mientras voy rezando de que el bus no se retrase.
-Luego pido un deseo... Que haya un sitio para sentarme (son 45 minutos).
-Mientras espero el metro estoy pendiente, como casi todos, de no acercarme mucho a la vía.
-Cuando hago el transbordo intento apartarme del camino de los que van corriendo.
-En el último metro solo me quedan cuatro paradas para llegar, pero sigo de pie.
-Cuando llego al trabajo... Voy para el arrastre y encima me queda toda la jornada.
Bueno, en resumen, si lo que queremos es comodidad lo tenemos un poco complicado, al igual que la rapidez pero hay dos cosas que nos alegra muchísimo a los usuarios del transporte público.
-Uno: Somos respetuosos con el medio ambiente
-Y dos: Cuando al llegar a casa (muy cansado) abrimos la mochila y de vez en cuando podemos decir... ¡HOY NO NOS HAN ROBADO!
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